Los alimentos nos aportan los nutrientes y agua necesarias para la esencia de la vida.

Un desayuno sano y real nos dará la energía necesaria para afrontar todo el día, es como un buen carburante para un buen coche y nuestro cuerpo es mucho más que un Ferrari, así pues un desayuno real sin calorías vacías (hidratos de carbono refinados, ni bollería industrial) nos ayuda a mejorar la concentración, aumenta nuestro rendimiento físico e intelectual y aporta vitalidad.